LOS MITOS M�S COMUNES EN LA PSICOLOG�A FOREX

No existe ninguna duda de que hay dinero de por medio en el campo de la formación de Forex. Una rápida búsqueda en google nos ofrece una gran cantidad de material con muchas opiniones y escasos datos. Es barato y rentable producir algo de material que parece bueno para ese sector de la población que está listo para que le disuadan de la idea de que es un juego de azar en marcos de tiempo a corto plazo, pero sin ofrecer ideas claras de los parámetros realistas. No obstante, esto en sí mismo no es una prueba de que el mercado sea aleatorio y no pueda ser objeto de predicción mediante el análisis.

La Ilusión de la Aleatoriedad

Es bastante ridícula esa idea de que el mercado es aleatorio, cuando se medita adecuadamente. En realidad, el azar en cualquier contexto es del todo una ilusión. No es más que una palabra que atribuimos a las situaciones que sentimos que no podemos predecir. En la ciencia, el apogeo de la aleatoriedad es el experimento del "Movimiento Browniano”, en el que se observan partículas que se mueven al azar mientras son golpeadas por otras partículas invisibles.

Sin embargo, si tuviéramos certeza de la velocidad, la masa y la posición de todas las partículas en el experimento, seríamos capaces de predecir la posición exacta y el momento de cada movimiento. Sucede exactamente igual con los mercados financieros. Los movimientos de precios son causados por el valor y el momento de las transacciones de compra y venta, y si supiésemos las intenciones de cada participante del mercado, seríamos capaces de predecir cada movimiento del mercado.

Los mercados no funcionan aleatoriamente, sencillamente parecen funcionar al azar, para nosotros, en marcos de tiempo más pequeños,  ya que no podemos determinar toda la información necesaria para predecir con exactitud los movimientos del mercado.

La realidad sobre el análisis técnico en los marcos de tiempo más pequeños es que puede proporcionar una ventaja estadística, aunque muy pequeña. Por ejemplo, ciertas formaciones técnicas, en grandes muestras, podrían mostrar una probabilidad del 53% de que el precio alcanzará los 20 pips en una dirección antes que en la otra. Así que puede predecirse el mercado incluso mediante el análisis técnico. Puede predecirse aún más fácilmente por los traders que se enteren de que las mismas formaciones técnicas que muestran un 53% de probabilidad de 20 pips también podrían mostrar una probabilidad mucho más rentable del 35% de 80 pips.

Todos los mercados especulativos pueden ser objeto de pronóstico, a largo plazo, por las estrategias que reducen los perdedores de corto y permiten que las operaciones ganadoras corran de forma ilimitada. Esto ocurre porque los mercados financieros especulativos producen de forma consistente retornos excesivos improbables mucho más a menudo que los eficientes.

¿Por qué tememos al mercado?

Una vez que hemos establecido que es posible predecir el mercado, ¿por qué hay tantos traders que, entendiendo y estando de acuerdo con estos puntos anteriores, tienen problemas a la hora de explotar el mercado de forma rentable?

Es aquí donde la psicología barata resulta de lo más útil. En este contexto, no es una tontería, sino un diagnóstico preciso. La respuesta corta es: falta de fe, o fe. El trader aún está asustado, tiene miedo a no poder ganar al mercado, ya que el mercado ha cambiado, o porque el comercio que está esperando en estos momentos parece terrible, etc.

La lista de problemas psicológicos que pueden ser identificados es bastante larga pero la falta de fe/creencia es la raíz de todos.

¿Cómo creer que podemos "Ganar" al mercado?

¿Cómo se puede abordar esto? Debería abordarse desde dos niveles: el objetivo y el espiritual. El nivel objetivo resulta más fácil de probar. Sencillamente hay que elaborar una estrategia que siga una tendencia en un periodo de tiempo más largo, que use un marco de tiempo más corto para la entrada y trate de mantener posiciones hasta que la tendencia en marcos a más largo plazo haya cambiado, mientras usa stop losses más ajustados en las entradas iniciales.

Lo mejor es operar instrumentos que estén enseñando las tendencias con más poder. Debemos probar la estrategia durante un número de años. Si la estrategia se crea de manera razonable y no demasiada ajustada a la curva, debería gustarnos lo que observamos. Hay que tener en cuenta que hay períodos de pérdidas y debemos recordar que estos nos pondrán a prueba mucho más, ya que van en tiempo real, que los que encontraremos tras un largo análisis de una montaña de datos históricos en un período de unas pocas horas de investigación.

La aproximación objetiva resulto ser la parte más fácil. ¿Qué ocurre con la aproximación espiritual? En el fondo, la mayoría de nosotros creemos que “nadie regala nada”. Cuando esta creencia se combina con el hecho de que tenemos que arriesgar nuestro dinero en el mercado para obtener un beneficio, podemos sentirnos tontos e inocentes, como un niño arrogante que probablemente se dañe a sí mismo por no hacer caso a los consejos de sus padres. Esto es lo que nos lleva a dejar de realizar una operación o a cerrarla antes de tiempo.

El primer paso para hacer frente a esto es admitir que ese sentimiento está dentro de nosotros. Tenemos que entender por qué existe. El paso final, y más difícil, es convencernos a nosotros mismos de que no es cierto. ¿No es nuestra vida un “regalo” en si misma? ¿Hemos tenido que trabajar duro para nacer? ¿Hemos nacido con talentos y destrezas naturales, y hemos tenido que hacer algún trabajo para lograrlos? La mayoría de nosotros nacemos con y seguimos disfrutando del amor incondicional de nuestros padres: ¿hemos tenido que ganarnos eso o lo recibimos gratis? ¿Produce la tierra suficientes alimentos, agua y aire para sustentarnos a todos, y antes de que nuestros antepasados dominasen la agricultura, tuvieron que trabajar muy duro en la caza y la recolección?

En el momento que podamos aceptar de verdad que la vida misma es un regalo, nos daremos cuenta de que la mayor parte del esfuerzo por convertirnos en un trader rentable ya está